Érase que se era un Niño Jesús que se le cayó de los brazos a su Madre.
Tenía las pequeñas manos de plomo desconchadas y la túnica había perdido su color
Un desastre
Pero…, todo fue volviendo a su ser
Primero , el Niño:
Estaba poco estable, porque se había fracturado , sin llegar a romperse y pequeñas grietas delataban «peligros inminentes», por lo que se consolidó debidamente. Luego, limpieza a hisopo, con una disolución bastante neutra, estucado y reintegración cromática, ( parte de este último proceso lo podéis ver en el vídeo)
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